miércoles, 5 de noviembre de 2008

LLEGÓ LA HORA EN QUE PREDIQUEN LOS LAICO


De nuevo nos llega la palabra serena y sabia del cardenal Salesiano Oscar Rodríguez Maradiaga, quién desde Roma indica una aspiración laical que tiene fundamento desde los inicios mismos del cristianismo. Un Sínodo para tiempos de crisis (espiritual). Mientras el capitalismo se hunde ahí fuera y, como dice el Papa, “el dinero no es nada”, los 253 padres sinodales han certificado durante tres semanas de asamblea en el Vaticano que el catolicismo vive tiempos difíciles. La Biblia, el tema central de la reunión, se lee cada vez menos, se interpreta mal y se traduce peor. Los obispos predican poco con el ejemplo y los curas están peor preparados culturalmente que nunca. Las homilías no llegan a la gente. Hace falta humildad, ideas nuevas para lanzar la palabra de Dios.

Ante la grave escasez de vocaciones religiosas, el Sínodo propone al Papa convertir a los laicos en pastores, permitir a las mujeres que lean más la Biblia en las iglesias, y tratar de seducir a los niños y a los jóvenes lanzando las Escrituras en nuevos formatos, especialmente a través de Internet. Si se exceptúa el impasse Vaticano-Israel por la beatificación de Pío XII, el XII sínodo ha sido poco movido, y menos noticioso, una asamblea con muchos aplausos y pocas aristas. Pero los obispos han hecho balance y en eso han sido unánimes: la crisis es aguda.

Los fieles huyen, y los seminarios no se llenan porque las familias, desintegradas o inexistentes, ya no son lo que eran. Con la cantera actual, a Roma no le llega para cubrir las necesidades de Europa, y sólo la emigración (sur-norte y este-oeste) podrá mantener abiertas las parroquias en las que, fallecido el titular, no hay suplente.
“Hay que valorar el papel de los laicos en la difusión de la Biblia”, dijo el Cardenal Maradiaga, lanzando una señal compartida por muchos obispos africanos y asiáticos. “En América Latina tenemos una Iglesia hecha de pequeñas comunidades. En los pueblos donde no hay sacerdote tenemos laicos, y los laicos están preparados para dirigir las celebraciones y hacer crecer la palabra de Dios”.


Agencias / Revista “Reflexión y Liberación”.