martes, 20 de mayo de 2008

Noticias


- El día domingo 25 de mayo, en la misa de Corpus Christi a las 12:00 hrs., se llevara a cabo la renovación e incorporación de nuevos ministros extraordinarios de Eucaristía.


- El día 07 de junio se iniciará el proceso para la preparación del sacramento de la confirmación. Todo esto a las 17 hrs.


-Los días 30 – 31 de mayo y 01 de junio se realizara el encuentro juvenil de oración en Punta de Tralca.

Testimonio

Primero que todo quiero, a nombre de todos mis compañeros, agradecer a nuestro obispo Monseñor Enrique Troncoso, por su presencia y porque hoy nos ha otorgado un sacramento muy especial y muy importante.


Agradecer a nuestro párroco, padre Álvaro de la Espada, por su constante apoyo y porque para muchos de nosotros ha sido un gran motivador. Dar infinitas gracias a nuestros monitores, por estar en todo momento junto a nosotros y por entregarnos a un Cristo vivo, joven y alegre.


Dice el Señor: “Ustedes están limpios; la palabra que les he dirigido los ha purificado. Permanezcan en mí y yo permaneceré en ustedes y podrán producir frutos. Ustedes no me escogieron a mí, soy yo quien los escogí a ustedes y los he puesto para que produzcan fruto y ese fruto permanezca.”


El Señor nos ha invitado a participar en este ejército del amor y la paz. Nos ha dado armas y nos ha enseñado cómo utilizarlas. Es tiempo de que empecemos a trabajar y nos entreguemos por entero al servicio por el Señor.Vivir la experiencia de mi confirmación me hizo crecer y me permitió conocer lo maravilloso que es Dios y cuánto amor Él tiene para mí. Descubrirlo, marcó profundamente mi vida, y desde entonces he decidido seguirlo y ofrecerle todo de mi.


Mi amor por el Señor es muy grande, pero sé que no es el suficiente, por eso, uno de mis propósitos de aquí en adelante, es hacer que ese amor crezca más y más y algún día ser merecedora de su infinito amor y misericordia.


He conocido personas maravillosas y les estoy muy agradecida, pues me han orientado, me han escuchado, me han consolado y me han enseñado a tener fe en lo imposible si es hermoso, a vivir el amor de Jesucristo con alegría y sin vergüenza.


Estoy también muy agradecida del apoyo incondicional de mi familia, porque han estado conmigo a pesar de todo. La llegada del Señor a nuestro hogar nos ha hecho crecer y unirnos mucho más y aunque las piedras en el camino son muchas, el amor de Cristo nos ha dado la fuerza para pasarles por encima y seguir adelante.


Hoy es un día muy especial y es justamente hoy, que, llena del Espíritu Santo, sin temor y sin duda alguna, puedo afirmar con todas mis fuerzas que creo y confío en el Señor, que quiero seguirlo, que quiero servirle y que me esforzaré por ser un buen instrumento de su luz, para que el mundo ya no viva en tinieblas. Que estoy orgullosa e infinitamente dichosa de poder decir que lo amo por sobre todas las cosas y que mi fe sigue creciendo cada día más.


Javiera Romero Reyes. 03 de mayo 2008.

lunes, 19 de mayo de 2008

La Mies es mucha...

Los Cristianos tenemos la (mala) tendencia de separar a Dios de las cosas que realizamos, es así como Dios queda relegado para el día domingo, dejándolo sin intervención en asuntos como los estudios, el trabajo, la vida en pareja, los hobbies, etc…Dios queda confinado al espacio eucarístico, siendo casi invisible en nuestra vida mas “secular”.

Pero es necesario que obremos por el Señor todos los días, y el trabajo es uno de los espacios donde debe hacerse presente. Él fue quien nos dio nuestras manos, herramientas transformadoras del mundo que nos rodea y de nosotros mismos, además de la inteligencia para desarrollarnos. Entonces es a Dios a quien debemos entregar nuestra labor diaria, sea en el ámbito que sea. Sin el señor, el trabajo queda proscrito en una mera mercancía para obtener salario. Pero el trabajo es transformación mía y de los demás, con Dios, el trabajo inspira, deja de ser mediocre y vacío, para ser esmero y entrega para el beneficio de nuestros hermanos.


Al mismo tiempo, no debemos olvidar, que en el trabajo a parte de laborar con él, podemos laborar “para” él, evangelizando, misionando, siendo verdaderos testigos del amor de Dios en las actividades cotidianas. “La mies es mucha y los operarios pocos”, así dice el “Jefe” dándonos la oportunidad de trabajar por su Reino, Reino que nunca tendrá cesantía, ya que siempre hay algo por hacer.


“El trabajo es santificador en sus resultados, pues, por el trabajo el hombre colabora al, plan de Dios, humaniza la tierra, la penetra de pensamiento, de amor, la espiritualiza y diviniza”


San Alberto Hurtado

Por Hommo Leo

El trabajo como cristianos

Jesús el Señor, hecho hombre, entró en el mundo como un sencillo trabajador. En su pequeño pueblo de Nazaret los vecinos lo conocen, como a la mayoría de nosotros, por su familia y por su oficio. Y por eso, se asombran con sus enseñanzas y se preguntan de dónde le puede venir esa sabiduría que ha alcanzado, se dicen entre ellos: “¿no es éste el hijo del carpintero?”. Y, saliendo de su asombro, exclaman con cierta incredulidad: “Sí, ¡es el carpintero!”, esta sencilla certeza no deja de impresionarnos aún hoy día. Ella nos demuestra que, desde su niñez, Jesús ha vivido simplemente en medio de los suyos, realizando su oficio, ayudando a su padre y ganando con él el pan para su querida familia, como un vecino, hecho artesano como su Padre del cielo.


Reiteramos que “Jesús, el carpintero dignificó el trabajo y al trabajador y, nos recuerda que el trabajo no es un mero apéndice de la vida, sino que “constituye una dimensión fundamental de la existencia del hombre en la tierra” , por la cual el hombre y la mujer se realizan a sí mismos como seres humanos ”.El trabajo es pues vocación primordial que nos asemeja a Dios creador; es llamado a construir la sociedad fraterna y servicio que se ofrece a los hermanos; es una dimensión tan esencial, que sin trabajo, y más aún sin trabajo digno y decente, la propia vocación humana del varón y la mujer no puede encontrar su plena realización.

Trabajar no es sólo producir: trabajar es vivir. Un trabajo no valorado, mal remunerado atenta contra su la dignidad de las personas y, contra la dignidad de sus familias, “el trabajo humano es la forma con que el hombre puede colaborar en la creación que Dios ha realizado, sintiéndose copartícipe de la obra de Dios para el bien de los demás”


Todos los cristianos, siguiendo la enseñanza de Jesús, sabemos y proclamamos que “el trabajo garantiza la dignidad y la libertad del hombre, y es probablemente “la clave esencial de toda ‘la cuestión social’” .Por esta razón, “el discípulo misionero, respondiendo a este designio, promueve la dignidad del trabajador y del trabajo, el justo reconocimiento de sus derechos y de sus deberes, desarrolla la cultura del trabajo y denuncia toda injusticia”


Jesucristo, Señor de la Historia, Vivo en el presente, nos invita a mirar, siempre con nuevos ojos, las realidades humanas, para descubrir en ellas nuevas posibilidades de justicia, de amor y de redención.


“El trabajo humano es la forma con que el hombre puede colaborar en la creación que Dios ha realizado. Por eso, el sentimiento humano de frustración, fruto del no trabajo o el trabajo mal remunerado, atenta contra esa alegría que produce el saberse copartícipe y colaborador de la obra de Dios”.


Por Mario Moreno