martes, 20 de mayo de 2008

Testimonio

Primero que todo quiero, a nombre de todos mis compañeros, agradecer a nuestro obispo Monseñor Enrique Troncoso, por su presencia y porque hoy nos ha otorgado un sacramento muy especial y muy importante.


Agradecer a nuestro párroco, padre Álvaro de la Espada, por su constante apoyo y porque para muchos de nosotros ha sido un gran motivador. Dar infinitas gracias a nuestros monitores, por estar en todo momento junto a nosotros y por entregarnos a un Cristo vivo, joven y alegre.


Dice el Señor: “Ustedes están limpios; la palabra que les he dirigido los ha purificado. Permanezcan en mí y yo permaneceré en ustedes y podrán producir frutos. Ustedes no me escogieron a mí, soy yo quien los escogí a ustedes y los he puesto para que produzcan fruto y ese fruto permanezca.”


El Señor nos ha invitado a participar en este ejército del amor y la paz. Nos ha dado armas y nos ha enseñado cómo utilizarlas. Es tiempo de que empecemos a trabajar y nos entreguemos por entero al servicio por el Señor.Vivir la experiencia de mi confirmación me hizo crecer y me permitió conocer lo maravilloso que es Dios y cuánto amor Él tiene para mí. Descubrirlo, marcó profundamente mi vida, y desde entonces he decidido seguirlo y ofrecerle todo de mi.


Mi amor por el Señor es muy grande, pero sé que no es el suficiente, por eso, uno de mis propósitos de aquí en adelante, es hacer que ese amor crezca más y más y algún día ser merecedora de su infinito amor y misericordia.


He conocido personas maravillosas y les estoy muy agradecida, pues me han orientado, me han escuchado, me han consolado y me han enseñado a tener fe en lo imposible si es hermoso, a vivir el amor de Jesucristo con alegría y sin vergüenza.


Estoy también muy agradecida del apoyo incondicional de mi familia, porque han estado conmigo a pesar de todo. La llegada del Señor a nuestro hogar nos ha hecho crecer y unirnos mucho más y aunque las piedras en el camino son muchas, el amor de Cristo nos ha dado la fuerza para pasarles por encima y seguir adelante.


Hoy es un día muy especial y es justamente hoy, que, llena del Espíritu Santo, sin temor y sin duda alguna, puedo afirmar con todas mis fuerzas que creo y confío en el Señor, que quiero seguirlo, que quiero servirle y que me esforzaré por ser un buen instrumento de su luz, para que el mundo ya no viva en tinieblas. Que estoy orgullosa e infinitamente dichosa de poder decir que lo amo por sobre todas las cosas y que mi fe sigue creciendo cada día más.


Javiera Romero Reyes. 03 de mayo 2008.

0 comentarios :