martes, 10 de junio de 2008

Cardenal Martini y los vicios de los clérigos

Según el Cardenal Martini, ex Arzobispo de Milán y considerado durante años un papable, además muy querido por muchos miembros del Colegio Cardenalicio y ya de 81 años, dentro de la Iglesia existen muchas personas "consumidas por la envidia”, que se preguntan: "¿qué mal he cometido yo para que nombren obispo a fulanito y no a mí?".Destaca el prestigioso diario italiano La Repubblica.

No es el único defecto entre los clérigos. El purpurado también habló de la calumnia, resaltando que a las diócesis llegan numerosas cartas anónimas en las que se habla mal de algunos de sus miembros, y contó que, cuando era Arzobispo de Milán, ordenó que se destruyeran todas esas misivas que llegaban sin remitente, "muchas de ellas escritas desde Roma", enfatizó el religioso que también vivó en Jerusalén.

El Jesuita Martini ha denunciado también el vicio de la vanidad, precisando que en la Iglesia "es muy grande". "Preferimos el aplauso al pitido, la acogida a la resistencia. ¡Que grande es la vanidad en la Iglesia!. Se ve en los hábitos. Antes los cardenales exhibían capas de seis metros de cola de seda. Continuamente la Iglesia se reviste de ornamentos inútiles. Tiene esa tendencia a la ostentación, al alarde", manifestó con claridad y profetismo este hombre de una enorme fuerza espiritual.


Sobre el vicio del "carrerismo" El purpurado también reflexionó que; con el "terrible carrerismo" clerical y especialmente en la Curia Romana, "donde cada uno quiere ser más". A este respecto, denunció que con esos objetivos "ciertas cosas no se dicen, ya que se sabe que bloquean la carrera", y eso es -aseguró- "un mal malísimo para la Iglesia". Así, según el Cardenal Martini, la verdad brilla por su ausencia, ya que "se intenta decir lo que gusta al superior y se actúa según como cada uno se imagina que gustaría al superior, haciendo de esta manera un flaco servicio al Papa".


Estas reflexiones del Cardenal Carlo María Martini, han desatado una nueva polémica no sólo en Roma, sino que en variados ambientes de Iglesia, además de la cerrada adhesión de no pocos laicos católicos de Italia, España, Alemania, Francia, Austria, Holanda, Irlanda, Canadá y los EE.UU. También nuestra sincera y modesta adhesión desde Chile.


Fuente: Revista “Reflexión y Liberación”

3 comentarios :

  1. Álvaro P. dijo...

    La Iglesia es santa, pero formada por simples seres humanos, donde el vicio que más abunda es la soberbia.
    Saludos,
    Álvaro P.

  2. Caro dijo...

    Ojala la Iglesia escuchara las palabras del cardenal Martini, son muy pocos los que se traven a alzar la voz y decir la verdad de cómo son las cosas y defender la causa por la que Jesus murio.

    Aunque seamos pecadores llevamos a Jesus dentro nuestro... no podemos ser tan sordos, ni tan ciegos.

    Muxos besitos y a trabajar se ha dixo!!!

    Caro

  3. Pilar dijo...

    Es doloroso darse cuenta que lo que palpamos en nuestra Iglesia Latinoamericana, está presenta en toda nuestra Iglesia.
    Pero, a pesar de eso, siempre hay un pequeño resto, fiel al mensaje, que da testimonio que Jesús sigue presente en medio de nosotros y que su Evangelio nos impulsa a seguir creyendo en ese otro mundo posible.
    Ha sido bueno encontrarlos, sentirnos acompañados nos fortalece y nos anima a seguir luchando por esa Iglesia que amamos.
    Un abrazo